ALGUIEN QUE NO TOCÓ LA VIDA
A Miguel Abuelo
…”en la obscuridad del escenario, el
último aplauso, hace de la muerte
un pájaro más….”
Mientras vivíamos entre las aguas, movimientos
marítimos
disimularon la herida mortal.
Íbamos
perdiendo sangre lentamente, sangre inadvertida.
Nos contábamos cuentos y hablábamos siempre de
nosotros
dos, éramos soberbios.
Cuando yo volvía a imaginar lejano nuestro oleaje
embravecido,
me encontraba con encarnizados y hambrientos
tiburones,
que sorprendidos por la sirenita, prometían no
atacarla.
El, enfurecido, me hablaba de otros aires,
corrientes de
lenguajes primitivos.
Toda su vida, eran superficies y alrededores.
Nos unía un deseo desesperado, un amor imposible de
ubicar
en el tiempo.
Nos besábamos porque sí y hacíamos el amor sin
motivos.
El era alguien que no tocó la vida, yo, un
inexplicable.
Amábamos la unidad de todos los encuentros.
Videncia lúdica construyendo los avatares del
espejo.
Esencia creando climas para otras supervivencias.
LUCÍA SERRANO (del libro “Blues para la
Corona”)-1995-
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